No podía imaginarme, al iniciarse la concentración en El Humedal, que la convocatoria habría de tener la respuesta que pronto pudimos constatar. Lo que minutos antes de las siete no pasaba de un grupo de amigos. No tardó en convertirse en una verdadera manifestación de las que, los gijoneses, no acostumbramos a ver desde hace décadas, si exceptuamos la anterior convocada por el 15 M
Poco a poco, en continuo e inmenso goteo, la gente fué apareciendo por las calles adyacentes hasta lograr completar el gran aforo de que dispone este amplio espacio gijones.
El recorrido de la manifestación también tendría un caracter excepcional: De la plaza, pasando por la Avenida de Schultz, a la Calle Mieres para realizar una primera parada en la sede social del PSOE, en cuyo interior se veían un grupo de nerviosos militantes, entre ellos algún histórico conocido, que, manos a la espalda, paseaba nerviosamente por el hall del local fuertemente protegido por las fuerzas de seguridad temerosas del pacifismo de tan numeroro grupo de bárbaros, cuya única violencia consistió en increpar la política derechista y antidemocrática de la que hace alarde el partido en el poder. Eslogans como:¡Zapatero, Rajoy, la misma mierda son!; ¡No a la
Constitución de la pobreza! ¡Abajo,abajo, no hay trabajo! ¡Ni rey, ni constitución, ni partidos!, Un banquero se balanceaba sobre la burbuja inmobiliaria y como viera que resistia se fué a llamar a otro banquero! Eran voceados y aireados en pancartas y carteles.

Constitución de la pobreza! ¡Abajo,abajo, no hay trabajo! ¡Ni rey, ni constitución, ni partidos!, Un banquero se balanceaba sobre la burbuja inmobiliaria y como viera que resistia se fué a llamar a otro banquero! Eran voceados y aireados en pancartas y carteles.
Hay motivos más que evidentes para estar en la calle. El problema de los políicos que nos gobiernan, y los que nos gobernarán, es que tienen un oido selectivo. Oyen lo que les interesa. Así nos va.
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