viernes, 26 de agosto de 2011

En los tiempos que corren sería de sumo interés airear la ropa sucia. Ante la imposibilidad de poder realizar un lavado a fondo de tanta mancha corrupta que pulula por los callejones oscuros de las polis del globo terráqueo no estaría demás sacar a la impoluta luz del sol la suciedad que anega el mundo de la política profesional.  El único problema estriba en el hecho de que tanta claridad cegaría, sin duda, las delicadas retinas de las gentes inocentes. Por lo que, antes de que resplandezca la verdad, no estaría del todo mal proveerse de unas buenas gafas de sol con algún certificado de garantía ajeno a los intereses mercantilistas de gobiernos y multinacionales.

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